viernes, 26 de agosto de 2011

EXAMEN FINAL DE LENGUA DEL CURSO DE VERANO

TEXTO

Las cosas buenas que por el mundo acontecen, obtienen en España sólo un pálido reflejo. En cambio, las malas repercuten con increíble eficacia y adquieren entre nosotros mayor intensidad que en parte alguna.
En los últimos tiempos ha padecido Europa un grave descenso de la cortesía y coetáneamente hemos llegado en España al imperio indiviso de la descortesía. Nuestra raza valetudinaria se siente halagada cuando alguien la invita a adoptar una postura plebeya, de la misma suerte que el cuerpo enfermo agradece que se le permita tenderse a su sabor. Y como toda tiranía es insuficiente, conviene que vayamos preparando la revolución contra el plebeyismo, el más insufrible de los tiranos.
Tenemos que agradecer el adviento de tan enojosa monarquía al triunfo de la democracia. Al amparo de esta noble idea se ha deslizado en la conciencia pública la perversa afirmación de todo lo bajo y ruin.
(...) La democracia, como democracia, es decir, estricta y exclusivamente como norma del derecho político, parece una cosa óptima. Pero la democracia exasperada y fuera de sí, la democracia en religión o en arte, la democracia en el pensamiento y en el gesto, la democracia en el corazón y en la costumbre es el más peligroso morbo que puede padecer una sociedad.
Cuanto más reducida sea la esfera de acción propia a una idea, más perturbadora será su influencia si se pretende proyectarla sobre la totalidad de la vida. Imagínese lo que sería un vegetariano en frenesí que aspire a mirar el mundo desde lo alto de su vegetarianismo culinario: en arte censuraría cuanto no fuese el paisaje hortelano; en economía nacional sería eminentemente agrícola; en religión no admitiría sino las arcaicas divinidades cereales; en indumentaria sólo vacilaría entre el cáñamo, el lino y el esparto, y como filósofo se obstinaría en propagar una botánica transcendental. Pero no parece menos absurdo el hombre que, como tantos hoy, se llega a nosotros y nos dice: "Yo, ante todo, soy demócrata".
En tales ocasiones suelo recordar el cuento de aquel monaguillo que no sabía su papel y a cuanto decía el oficiante, según la liturgia, respondía: "¡Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento!". Hasta que, harto de la insistencia, el sacerdote se volvió y le dijo: "Hijo mío, eso es muy bueno, pero no viene al caso".

Cuestiones:

1) Justifica el qué tipo de lenguaje utiliza el texto.
2) Enuncia el tema en una línea como máximo.
3) Elabora un resumen del texto (4 ó 5 líneas).
4) Realiza una argumentación acerca del siguiente tema: La democracia.
5) Realiza una análisis morfólogico de las siguientes palabras: "demócrata", "filósofo", "oficiante" y "peligroso".
6) Analiza sintácticamente la siguiente oración: "El sacerdote le dijo: Hijo mío, eso es muy bueno, pero no viene al caso".
7) Di todo lo que sepas sobre la Generación del 98 (características generales, autores y obras más representativos)

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