viernes, 20 de mayo de 2011

Examen final de Filosofía

OPCIÓN A

«El defecto más común [en los presupuestos de los historiadores de la moral] consiste en que afirman, de algún modo, un consenso de los pueblos, por lo menos de los pueblos domesticados, acerca de los principios de la moral, y de ahí concluyen su obligatoriedad incondicional incluso para ti y para mí; o por el contrario, una vez que se les ha descubierto la verdad de que las valoraciones morales son necesariamente diferentes en los diversos pueblos, llegan a la conclusión de que ninguna moral es obligatoria. Una y otra cosa son grandes
niñerías. El defecto de los más sutiles entre ellos [los historiadores de la moral] consiste en que descubren y critican las opiniones, acaso disparatadas, de un pueblo sobre su moral o de los hombres sobre toda moral humana, y, por consiguiente, sobre su origen, su sanción religiosa, la superstición de la voluntad libre y cosas por el estilo, y se creen por eso que han criticado esa misma moral. Pero el valor de un mandamiento “tú debes” es todavía fundamentalmente distinto e independiente de semejantes opiniones acerca del mismo. Nadie ha puesto, pues, a prueba hasta ahora el valor de la más famosa de todas las medicinas, la llamada moral, para lo cual es de todo punto necesario que alguien, por fin, la ponga en duda. ¡Ánimo, ésta es nuestra tarea!».

(NIETZSCHE, La Gaya Ciencia)

En este texto, Nietzsche reflexiona sobre el problema de la moral.

Cuestiones:

1. Exponer las ideas y la estructura argumentativa del texto propuesto.
2. Explicar el problema de la moral en Nietzsche y desarrollar sistemáticamente las principales líneas del pensamiento de este autor.
3. Encuadrar el pensamiento de Nietzsche en su marco histórico, sociocultural y filosófico.
4. Explicar el tratamiento del problema de la moral en un autor o corriente filosófica que no pertenezca a la época contemporánea


OPCIÓN B

«Conocen, en efecto, los deseosos de saber que cuando la filosofía se hace cargo del alma, ésta se encuentra sencillamente atada y ligada al cuerpo, y obligada a considerar las realidades a través de él, como a través de una prisión, en vez de hacerlo ella por su cuenta y por medio de sí misma; en una palabra: revolcándose en la total ignorancia; y que la filosofía ve que lo terrible de esa prisión es que se opera por medio del deseo, de suerte que puede ser el mismo encadenado el mayor cooperador de su encadenamiento. Así, pues, como digo, los amantes de
aprender saben que, al hacerse cargo la filosofía de nuestra alma en tal estado, le da consejos suavemente e intenta liberarla, mostrándole que está lleno de engaño el examen que se hace por medio de los ojos, y también el que se realiza valiéndose de los oídos y demás sentidos; que así mismo aconseja al alma retirarse de éstos y a no usar de ellos en lo que no sea de necesidad, invitándola a recogerse y concentrarse en sí misma, sin confiar en nada más que en sí sola, en lo que ella en sí y de por sí capte con el pensamiento como realidad en sí y de por sí; que, en cambio, lo que examina valiéndose de otros medios y que en cada caso se presenta de diferente modo, le enseña a no considerarlo verdadero en nada; y también que lo que es así es sensible y visible, mientras que lo que ella ve es inteligible e invisible». (PLATÓN, Fedón)

En este texto, su autor contrapone dos tipos de conocimiento: el sensible y el inteligible.

Cuestiones:

1. Exponer las ideas y la estructura argumentativa del texto propuesto.
2. Explicar el problema del conocimiento en Platón y desarrollar sistemáticamente las principales líneas del pensamiento de este autor.
3. Encuadrar el pensamiento de Platón en su marco histórico, sociocultural y filosófico.
4. Explicar el tratamiento del problema del conocimiento en un autor o corriente filosófica que no pertenezca a la época antigua.

Examen final de Lengua

Quizá sin saberlo, usted padezca "tecnoestrés", una nueva y todavía no suficientemente explorada patología que alimenta en el paciente una dependencia progresiva de los artilugios tecnológicos. Se trata de una enfermedad de crecimiento subterráneo, cuyos primeros síntomas no afloran hasta que el paciente ha adquirido, sin siquiera saberlo, una adicción. El más frecuente y reconocible de estos síntomas consiste en desarrollar una sensación de cotidiano fracaso, cuando nuestros actos no se acompasan a la velocidad del vértigo que impone la tecnología; la certeza de que nuestra inteligencia, por laboriosa o perseverante que sea, nunca viajará a la misma velocidad que los impulsos electrónicos nos convierte en frustrados perseguidores de una quimera. Cualquier obstáculo que medie entre nuestras expectativas y su consumación se convierte en un incesante y atosigador motivo de insatisfacciones. Se calcula que una de cada cinco personas padecen hoy esta patología en diverso grado; proporción que se incrementa (uno de cada tres) entre quienes, por la naturaleza de su trabajo, están sometidos a una mayor "presión tecnológica".

El tecnoestrés altera, al principio de forma imperceptible, pero enseguida de un modo insidioso y asfixiante, nuestros hábitos: los límites entre la jornada laboral y el tiempo reservado al ocio se difuminan; los vínculos de cohesión familiar se hacen quebradizos y el autismo afectivo acaba sustituyendo las naturales expansiones sentimentales que regían el trato con nuestros allegados; toda la liturgia de aproximaciones y tanteos que componen el cortejo erótico son suprimidos, en el afán de obtener una satisfacción sexual expeditiva e inmediata; el flujo incesante de información que nos proporciona la tecnología nos impide adiestrar la capacidad para digerirla, lo que inevitablemente erosiona nuestro mundo interior, hasta tornarlo raquítico o inane. Pero quizá el efecto más estragante del tecnoestrés –y lo que lo convierte en una enfermedad adictiva– sea la conciencia o complejo de inferioridad que instila en el enfermo, que llega a confundir el desasosiego abrumador que la tecnología ha introducido en su existencia con una carencia personal que sólo puede corregirse mediante una mayor dependencia tecnológica.

Juan Manuel de Prada, ―Tecnoestrés‖, El Semanal, 3 de julio de 2005

CUESTIONES:

1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes:
a) Enuncie el tema (0,5 puntos); b) Indique la estructura del texto y justifique su respuesta (0,5 puntos); c)Detalle las características lingüísticas y estilísticas del texto (0,75 puntos); d) Indique qué tipo de texto es(0,25 puntos).

2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)

3. A partir del texto, exponga su opinión de forma argumentada sobre la dependencia tecnológica en la sociedad actual. (1 punto)

4a. Analice sintácticamente:
El flujo incesante de información que nos proporciona la tecnología nos impide adiestrar la capacidad para digerirla. (1,5 puntos)
4b. Explique el significado que tienen en el texto las palabras abrumador y adictiva. (1,5 puntos)

5a. La Generación del 27(3 puntos)